«¿Qué hijos le vamos a dejar a este mundo?»
El Biólogo Eduardo Aranda y Tomás Owen nos explican la situación actual del agua en nuestras comunidades, cómo hemos llegado a ella, y que nos espera en el futuro.
Artículo y reportaje exclusivo de The Raccoon Gazette.

Xalapa significa Manantial en la Arena, por lo que lo siguiente resulta inaudito. Durante los últimos meses, cientos de hogares en la Zona Metropolitana de Xalapa albergaron desconcierto e incertidumbre al notar que su suministro de agua se había recortado o bloqueado por completo. El motivo detrás de este acontecimiento no fue compartido con las localidades, lo que ocasionó inconformidad y molestia en los habitantes de zonas como Zoncuantla, La Pitaya y Briones. El cauce del Río Pixquiac, como primer instancia, fue radicalmente reducido, y se notó la contaminación exagerada de los manantiales que alimentan nuestro consumo, como es el caso de Chilchotla. Para nuestra comunidad, nada se podía dar por sentado. Se adoptó la frase ad hoc de Benjamín Franklin: “El valor del agua solo se aprecia cuando el pozo está seco”, literalmente aplicable. Sin embargo, este momento crítico en la infraestructura y modelos acuíferos de nuestra zona falló en provocar una reacción positiva y generar cambios en reformas y leyes de sustentabilidad. Yace en nosotros el provocar un cambio definitivo.
Para comprender la magnitud del problema y la amenaza que presenta, debemos retroceder a sus orígenes, es decir, reducirlo a su esencia. En la época post-virreinal, cuando el país se ajustaba a su independencia y construía su infraestructura social, política y ambiental, se repartieron tierras y se concedieron contratos de suministro de agua, muchas veces fuera de los conductos o procedimientos oficiales. Debido a la naturaleza del relieve y otros componentes geográficos de la zona central montañosa de Veracruz y Puebla, tenían una mina de oro en sus manos: un oro líquido, en continua demanda, que todo ser vivo necesita para subsistir. Esos contratos siguen vigentes y definen la distribución de los sistemas y modelos hídricos de la Zona Metropolitana de Xalapa (ZMX en partes posteriores del texto). Sin embargo, a pesar de su vigencia, muchos de ellos no han sido adaptados al contexto social y ambiental actual, lo cual ha ocasionado una discrepancia entre las necesidades de la población y las capacidades de los sistemas de agua preestablecidos.
Sin gobernanza de los servicios a la población, no se garantiza el cambio. Por consiguiente, la comunidad representativa de la ZMX conformada por la Universidad Veracruzana, Los Custodios del Archipiélago, Global Water Watch México, INECOL, entre muchos otros, idearon una agenda comprensiva e integral, titulada Agenda Ciudadana por el Agua, en relación a las necesidades ciudadanas, así como ambientales, que derivan del problema de contaminación de ríos, la alteración de cuerpos de agua, y la falta de suministro hídrico a zonas residenciales.
La ZMX está alimentada por manantiales, ríos y humedales que integran un ecosistema frágil con gran carga cultural y ambiental los cuales son víctimas de presión constante y exponencial. La contaminación de las fuentes de agua, la urbanización, la deforestación y la expulsión excesiva de aguas residuales a cuerpos de agua han debilitado la salud ecológica de ríos como el Pixquiac, Sordo y Carneros. A pesar de estar en una zona de alta incidencia hídrica y con grandes índices de precipitación, la ZMX sufre de desabasto crónico y una gestión hídrica fragmentada y mínimamente compartimentalizada, la cual exige acción inmediata y efectiva.

En el Colegio Las Hayas, como parte de la comunidad expandida de Briones y de la ZMX, es nuestra responsabilidad cívica resguardar la integridad de los cuerpos de agua que nos rodean. A cada derecho corresponde una responsabilidad de la misma magnitud, y ese es el caso exacto del agua. Personalmente, la búsqueda por la protección de nuestros recursos y ambiente me llevó a la realización de una campaña que va más allá de la participación. En este marco anual en acción proactiva para el ambiente, la iniciativa consiste en llevar la participación ciudadana a nuevos niveles: publicaciones en redes sociales, pláticas y eventos; colaboraciones con organizaciones locales, estatales y federales; la publicación de textos informativos (como lo es este artículo compuesto); y la organización y comunicación inter e intraescolar.
Como parte de nuestra estrategia para la preservación de los cuerpos de agua, el Colegio buscará la adopción de tramos del río Sordo debido a su cercanía geográfica, la promoción de costumbres y rutinas ahorradoras, y el establecimiento de una red de “guardianes” de los manantiales y cuerpos de agua. A partir de ello, se creará un sentimiento de responsabilidad y coordinación compartida que rebasa los muros de cada salón. Cada acción de impacto comienza con el interés genuino de provocarla. El cambio es resultado del esfuerzo proactivo y holístico, y debemos asegurarnos de cumplir con esas premisas en nuestros proyectos.
Uno de los temas más cruciales en cuestión de interconectividad y equidad, es definitivamente el acceso al agua. Como con cualquier problemática, el panorama completo es esencial para entender cada una de sus facetas. Tomás Owen, arquitecto certificado como monitor de calidad de agua por Global Water Watch México y representante ciudadano en el Órgano de Gobierno de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento, planteó en una conversación con The Raccoon Gazette la relevancia de conocer los ríos y otros cuerpos de agua que nos rodean, su proveniencia, niveles de contaminación, historia, afluentes, y, específica y críticamente, la participación ciudadana en torno a ello. En uno de los estudios llevado a cabo por él y el resto del equipo de Global Water Watch México en dos ocasiones, 2011 y 2014, se analizaron los niveles de alcalinidad y pureza del agua del río Sordo; los resultados son predecibles pero, de igual manera, preocupantes. El agua del río está lejos de ser un agua limpia, y por supuesto, aún más de ser potable. Sin embargo, aunque desde ese entonces se han promovido diversas agendas y proyectos de limpieza de los ríos de la ZMX, poco ha sido logrado, por lo que hay inmensas áreas de oportunidad.
Evidentemente, como lo demuestra el caso del río Sordo, conocer las situaciones y el contexto actual de los cuerpos de agua a los que buscamos conservar y promover es un factor determinante en la participación que tendremos como Colegio e individuos en lograr las metas de sustentabilidad planteadas.
Para entender de mejor manera las raíces de estos obstáculos en la sustentabilidad y lo que podemos hacer para superarlos, además platiqué con el Biólogo Eduardo Aranda, quién plantea, de forma sumamente interesante, que la preservación de nuestra planeta funciona a partir de un cuestionamiento bilateral: no basta con preguntar: ¿Qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos? Debemos también cuestionarnos: ¿Qué hijos le vamos a dejar a este mundo?
Licenciado en Biología por la Universidad Veracruzana, Eduardo Aranda es pionero en el desarrollo de técnicas relacionadas al compostaje, específicamente el lombricompostaje, la cuál promovió para su uso en zonas cafetaleras de todo el continente. A partir de ello, impartió conferencias, pláticas, asesorías y capacitaciones y participó en numerosos Congresos a nivel nacional. Autor de diversos escritos con el INECOL, también es un miembro activo de programas ambientales de la SEMARNAT e invitado a más de 200 programas de radio y televisión. Encima, es miembro fundador y líder social de organizaciones ambientalistas, grupos productivos y comunidades ecológicas, como Los Custodios del Archipiélago y Global Water Watch México.
Entrevista exclusiva con el Biólogo Eduardo Aranda
¿Por qué diría que es esencial que toda la población, pero en especial los jóvenes, se preocupen por la sustentabilidad del agua en su comunidad?
Es un camino de dos vías. Los jóvenes tienen que estar preparados, sintonizados a este mundo. Les está tocando una nueva época, con nuevas herramientas, posibilidades y soluciones que generaciones pasadas no pudieron poner en uso o lograr. Eso implica ir más allá de los temas convencionales que se enseñan en la escuela, como el ciclo del agua; a ello se debe de combinar todas las situaciones reales y el contexto situacional. En nuestra comunidad, no todo es un ciclo perfecto, sino que compone algo más complejo. En corto, los jóvenes tienen que ser más conscientes, y, más que nada, ser proactivos. […] La interconexión entre materias y disciplinas actuales les da una oportunidad nueva de cómo ver las cosas: analizar y medir la manera en la que sus acciones sí pueden tener un impacto tangible. En esta nueva era, las únicas fronteras que puedes poner al actuar y ser proactivo son las propias.

La Agenda Ciudadana sobre el marco de conservación del agua en la ZMX enfatiza la importancia de una gobernanza de agua justa y transparente. Según su experiencia, ¿cuáles son las mayores barreras en las zonas urbanas y semiurbanas en México para alcanzar esta meta?
‘Permítanos trabajar y arreglar el problema, pero no estorben. Nosotros somos los líderes y aquí nos hacemos cargo’. Estos es lo que pasa por muchas cabezas del personal en instituciones públicas. Las autoridades son completamente verticales, es decir, siempre hay una cadena de comando que se debe seguir. Eso a su vez resulta en la falta de iniciativa y reconocimiento de ideas que se originan muchas veces en los niveles más bajos de la cadena laboral. Temen la pérdida de autoridad y que sus habilidades y uso práctico de su trabajo se malgaste o reemplace. Por todo esto, la única manera en la que las cosas se hagan y se logren objetivos es mediante las órdenes directas de puestos superiores al propio. No es solamente que carezcan de iniciativa, sino que resulta más rentable, en términos laborales, no proponer nada que no venga delineado en su plan de trabajo.
También se ha notado la falta de adaptabilidad, tanto de la ciudadanía como de los cuerpos gubernamentales. ¿Cree que la institucionalización ha ido muy lejos?
El constante cambio de administración, como primera instancia, es un gran factor. Los equipos cambian cada vez que el puesto mayor de liderazgo cambia, por lo que resulta prácticamente imposible darle seguimiento a programas ya establecidos en administraciones pasadas. Además, las instituciones están construidas como cajones, y todas tienen paredes entre una y otra. Cada institución tiene sus proyectos, sus programas y sus presupuestos, lo cual resulta en que esas paredes parezcan hechas del concreto más firme, no permitiendo conexión alguna. Uno de los temas que no se comparten entre estos cuerpos es, a propósito, el agua. Imagínate, por ejemplo, que una de estas instituciones tiene la tarea de medir los niveles de agua del río y procurar el abasto continuo de agua. Si sus instrucciones directas no les indican que tiene que hacer si los niveles de agua son precarios e insuficientes para abastecer a toda la comunidad, no hacen nada al respecto. De cierta forma, es una práctica ética y honorable. Siguen las instrucciones dadas por sus superiores directos o indirectos. Pero, a su vez, radica en algo más allá. Algo tan vivo como el agua no siempre se va a acomodar a los lineamientos gubernamentales. Y ahí yace la importancia de la adaptabilidad, tanto personal como laboral/profesional.
El rol de la participación ciudadana es esencial. Para usted, ¿cómo debería de verse la participación ciudadana verdadera? ¿Considera que existe un activismo positivo en nuestra comunidad actualmente?
Faltan 100 kilómetros. La participación, como habitualmente se ve, radica en darle únicamente un like a una publicación, y, en todo caso, compartirla. La participación no puede ser virtual, aunque ésta sea importantísima. En este caso hemos visto cómo hacer viral el tema convierte a un tema en interesante, en algo que se debe resolver. Al fin y al cabo, a la población y a los políticos les interesa la opinión. El cambio de políticas públicas yace mucho más allá de eso. Las autoridades están acostumbradas a funcionar como funcionan, y cambiarlas requiere esfuerzos e ideas extraordinarias. Encima, hay mucho que comprender sobre el tema del agua. La gran mayoría de la población no sabe con certeza, por ejemplo, de donde viene el agua que está consumiendo. Esa participación no es solamente votar por quien crees que va a ocasionar el cambio y luego desentenderse. Tiene que haber responsabilidad compartida y participación basada en decisiones informadas, además de una supervisión y coordinación para que realmente los planteamientos generales lleguen a término. A eso le llamo gobernanza. Sin ella, no se puede garantizar que algo sucede.
Muchas personas tienden a sentirse abrumadas y presionadas con la sustentabilidad en sus acciones. ¿Cuál es una acción que pueden hacer HOY para provocar un impacto positivo, además de los clichés habituales como “utilizar menos agua”?
Xalapa es la segunda capital estatal con más lluvia del país. Si llueve muchísimo, ¿por qué hay escasez de agua? El agua que cae está infinitamente más limpia que la que se toma del Huitzilapan. ¿De qué manantiales nos abastecemos? Ni se nos pasan por la cabeza lugares como Quimixtlán o Chilchotla, ubicados cerca de la frontera Puebla-Veracruz, a tan sólo 70 kilómetros en línea recta de donde estamos. Si vas a Chilchotla, y caminas por el municipio y paseas por la cañada, te asombras de la dimensión y ves incluso una caída de agua impresionante. Tanto en esta cañada como en la presa derivadora en Quimixtlán, hay espuma, botellas de cloro, detergentes, y plásticos por todos lados. Si vas a la calle Acueducto en Xalapa, enfrente de lo que ahora es Soriana, hay una planta depuradora de agua. Y en esa planta, se clarifica y “limpia” el agua con cloro. A la hora de ver los datos, los niveles de contaminación indican que el agua, de acuerdo a las normas, ya no es potabilizable. Bueno, técnicamente, lo que se hace en esa planta no es potabilizarla, sino que depurarla. Y es por eso que el problema ha escalado fuera de control. La participación ciudadana ha sido muy limitada, y es el factor determinante en la lucha por preservar los cuerpos de agua y salvaguardar nuestros recursos. Dicen que «El camino al infierno está lleno de buenas intenciones». No basta con tener buenas ideas, correr la voz, y darle like a una publicación en redes sociales. El cambio requiere gobernanza y acción inmediata. Es tiempo de enfocarnos en los problemas y no parar hasta solucionarlos.
«El camino al infierno está lleno de buenas intenciones»
Muchas gracias por su tiempo. La información y opiniones que nos ha dejado son de extremo valor. Esperamos verlo pronto, y, de nuevo, gracias por su colaboración e interés con The Raccoon Gazette.
