The noblest question in the world is: ‘What good may I do in it?’
Ben Franklin
Alcanzar la sostenibilidad de decisiones, sin importar su ámbito o naturaleza, es esencial en nuestro mundo globalizado y eternamente en evolución. Desde buscar una solución efectiva y eficiente a uno de nuestros problemas cotidianos, la limpieza de nuestra recámara, hasta nuestra capacidad de toma de decisiones guiadas a nuestro futuro profesional, vis-a-vis nuestra elección de carrera, conocer el impacto de nuestras elecciones y decisiones es de suma importancia.
Así como en varias carreras de ingeniería, procesos y logística, en nuestras decisiones y objetivos debemos hallar la función óptima entre las variables de sustentabilidad y sostenibilidad. Es decir, utilizando términos técnicos, una solución óptima factible: la mayor recompensa, al menor costo. Mediante sustentabilidad, en el ámbito de recursos personales, nos referimos a todo aquello que da soporte para realizar nuestras decisiones de una manera segura y eficaz. Sostenibilidad, por otro lado, engloba algo mucho más complejo. Implica que nuestras decisiones velen por nuestros propios intereses futuros, así como el de los demás. Alcanzar un balance entre la sustentabilidad y sostenibilidad en las decisiones que tomamos día a día es una tarea difícil de llevar a cabo; optimizar ambos mundos para sacar el mejor resultado posible suena virtualmente imposible, y más cuando se trata de algo tan íntimo a nosotros, con la posibilidad de beneficiarnos enormemente o perjudicarnos de la misma manera.
Nuestra solución óptima factible, aunque conlleve el obtener la mejor recompensa al menor costo posible, también considera el factor de riesgo. Un riesgo que, como en Wall Street o la aplicación de trading de la semana, promete grandes resultados al mismo tiempo que amenaza con terribles pérdidas. Ahora, depende de nosotros elegir sosteniblemente, principalmente, para lograr esta función de optimización y reducir el riesgo, que aunque mínimo, siempre yace latente.
Photographies credit: Pablo Saúl González García.
The Raccoon Gazette 