En el mundo de los deportes, la capacidad, manejo y control de nuestras habilidades físicas es algo vital en la manera en la que uno mismo puede demostrar y reproducir tanto su juego, como su desempeño. Sin embargo, ¿qué tan importante es esto en verdad, y de donde proviene?
El origen y la clave de poder desempeñarse de una manera óptima es el conocerse a sí mismo y estar consciente de lo que nuestra mente y cuerpo son capaces de hacer, aprender y por lo tanto, evolucionar. En la vida cotidiana nos enfrentamos a muchas situaciones diferentes las cuales exigen diferentes cosas, ya sean habilidades o conocimientos. El estar conscientes de aquello que sí podemos hacer o no es vital. Cualquier persona normal no se pondrá en riesgo sabiendo el resultado inminente que puede sufrir ya que no cuenta con los recursos para enfrentar esa situación, ¿cierto? En los deportes ocurre lo mismo. Siendo conscientes de aquello que si somos capaces de realizar durante nuestras presentaciones resulta en una habilidad muy útil a la hora de desempeñarse durante juegos y/o entrenamientos. El conocerse tiende a ser una idea subestimada por la sociedad y no se le da la importancia que le corresponde a pesar de ser algo que puede brindar un gran apoyo en muchas situaciones. Para entender el rol del autoconocimiento, se deben reconocer las dos partes constituyentes: la psicología y el físico.
La psicología se refiere a nuestra mentalidad. La mentalidad es aquello con lo que percibimos el mundo no solo a nuestro alrededor, sino también las formas en las que lo podemos enfrentar a las diferentes circunstancias que se nos presentan. Nuestra mentalidad nos permite confrontar e incluso diseñar soluciones a las diferentes cosas que nos son presentadas de diferentes maneras de acuerdo a aquello de lo que nos consideramos capaces mentalmente y físicamente de acuerdo al pensamiento propio. El conocerse de una manera óptima puede abrir muchas puertas de oportunidades infinitas, pero a su vez puede cerrarlas ya sea por buenas o malas razones. Un problema recurrente en atletas tanto de bajo como de alto rendimiento es la “autolimitación”, el “no”. El miedo es algo que los invade y los limita de manera inconsciente haciéndoles creer que no son capaces de realizar ciertas acciones y que están fuera de su alcance aunque no sea el caso, temerle a intentar nuevas cosas y más que nada al fallo es una de las razones principales por las que los sueños no se cumplen. Un claro ejemplo de una fuerte mentalidad es el renombrado jugador Kobe Bean Bryant, jugador de baloncesto el cual a pesar de haber fallecido dejó una marca importante en el deporte. Muchos deportistas son bendecidos con habilidades físicas sobresalientes, ya sea la capacidad de correr largas distancias o saltos considerados incluso inhumanos. Este no fue el caso de Kobe Bryant, ya que, a pesar de ser alguien con estatura, salto vertical y rapidez, no se dió por vencido. Siendo consciente de sus capacidades se dió cuenta de tanto sus debilidades como sus fortalezas. La autopercepción de su propio cuerpo fue algo vital en el desarrollo de su carrera como jugador. El conocer los puntos débiles de uno mismo es una de las mejores cosas, ya que esto permite reforzar y crear nuevas, fuertes, y mejores habilidades que se pueden poner en práctica.
La segunda parte la cual constituye a el autoconocimiento es el físico. La mente es un recurso capaz de crear soluciones infinitas, y por lo tanto fantasiosas. Todo plan debe ser apegado a la realidad y aquello a nuestro alcance. Biológicamente hablando, es imposible realizar un salto de 70 metros. El autoconocimiento implica estar consciente de las limitaciones y aquello incambiable en nuestra vida, pero eso no implica rendirse y no aprovechar al máximo lo que es dado. Como se mencionó previamente, el saber aquello en lo que uno puede reforzar es una ventaja ya que permite al usuario mejorar y expandir sus fronteras ya establecidas y por lo tanto mejorar. Las cosas pueden ser difíciles, sin embargo no imposibles. Mejorar es aquello que nos hace verdaderamente humanos, la constante evolución es algo lo cual nos ha permitido evolucionar y desarrollarnos a lo largo de los años. Poniendo en práctica estos principios es posible incrementar el rendimiento de cualquier persona a pesar de su estado actual, ya sea que se crea que ha llegado a su límite o sea algo considerado irreversible (hablando de su estado físico).
El autoconocimiento implica la aceptación de nuestras capacidades y aquello verdaderamente posible lo cual se apegue a nuestra realidad. La autopercepción y autoobservación nos permiten tener un mayor rango de visión acerca de todas nuestras posibilidades y/o acciones que podemos tomar en relación a esto. El conocernos no es un desperdicio, es una ventaja sobre el mundo alrededor y sobre nosotros mismos.
