“La calidad nunca es un accidente, siempre es resultado de un esfuerzo de la inteligencia” (John Ruskiin)
Desde pequeños hemos aprendido a tomar decisiones ante los dilemas que se nos presentan, ya sea desde elegir el sabor de tu helado, hasta algunas que definirán tu futuro; sin embargo, conforme vamos creciendo, podemos notar que la toma de decisiones se vuelve cada vez más complicada, puesto que el número de responsabilidades es mayor y cada elección se vuelve mucho más importante, ya que dependiendo de si es el camino correcto o el erróneo, se definirá si tiene afectaciones o si será positivo para tu futuro.
Una de las primeras decisiones más importantes de tu vida se toma a la edad de 17 a 18 años; pues es el trance del cambio de la preparatoria a la universidad o en algunos casos directamente a la vida laboral; esa decisión se refiere a la carrera que elegirás para estudiar en la universidad, y es probable que esa sea la que termines ejerciendo durante la mayor parte de tu vida. La neurociencia afirma que el cerebro alcanza su madurez entre los 21 y los 25 años. Entonces, ¿por qué si aún no se tiene la madurez mental suficiente, se tiene que tomar esta decisión tan importante, la cual definirá el camino por el cual se guiará tu vida?
Esto es un tema que les causa controversia a muchos jóvenes, ya que a pesar de tener que elegir qué carrera estudiar, tienen la presión ya sea de sus familiares, amigos o las personas que los rodean; puesto que en ciertas ocasiones, se presentan comentarios o situaciones como: “Todos en la familia son doctores, entonces tu debes estudiar medicina” o “No estudies arte, mejor estudia una ingeniería, para que tengas mejor solvencia económica”…, lo cual te complica aún más la decisión sobre lo que elegirás, y al guiarse de eso probablemente se vea alterada o afectada tu decisión; esto se ve reflejado en algunos casos en los cuales se comienza la carrera pero como no era la que preferían, la terminan dejando o en otras situaciones la logran terminar, pero no estás del todo contento con ella y comienzan los problemas una vez que se empieza a ejercer dicha carrera.
Dicho planteamiento es solo el inicio de toda una serie de encrucijadas que deberás vivir una vez que elijas la carrera que deseas estudiar, ya que posteriormente deberás decidir en ¿En qué universidad quieres estudiar? considerando todos los factores que eso implica (lugar, vivienda, si es pública o privada,etc) y ver todos los requisitos que se piden para ingresar a dicha universidad. Uno de los factores más importantes que se deben tener en cuenta es el “Examen de admisión”, es una prueba que se realiza a los aspirantes, y a pesar de que casi todas las universidades lo piden, el examen varía dependiendo de la que elijas, ya sea aumentando o disminuyendo el grado de dificultad.
El examen de admisión es un proceso que a nivel psicológico llega a ser muy estresante para los jóvenes puesto que se presentan situaciones como la ansiedad, preocupación excesiva, estrés, depresión, etc; tus resultados dependerán de que tan bien te preparaste para el examen; sin embargo hay otras situaciones que pueden influir y afectar a la hora de realizar tu prueba y lamentablemente en ciertos casos el pasar dicho examen puede llegar a definir si estudian o no la universidad.
Todo esto resulta complicado, sin embargo, en un proceso natural en la vida de las personas, especialmente de nosotros que aspiramos a un futuro mejor. Al final del día, esta definición es variante, indiferente a lo que podríamos creer controlar durante nuestro desarrollo: aun los planeadores preparados se encuentran con situaciones adversas, así que ¿por qué esperamos que sea diferente? Después de todo resulta que lo más importante no es lo que los demás definan como lo mejor para nuestro futuro, sino nuestra propia fuerza para enfrentar las consecuencias de lo que elijamos como el centro de nuestra felicidad.
Referencias:
Serrano-Rosa, I., & Serrano-Rosa, I. (2019, 7 junio). ¿Cómo saber si eres un inmaduro? ELMUNDO.
https://www.elmundo.es/vida-sana/mente/2019/06/08/5cfa5b7621efa006788b45aa.html
The Raccoon Gazette 