De acuerdo a Platón, el alma tiene que luchar por cumplir con las exigencias y pasiones del cuerpo para obtener armonía, moderación y conocimiento. Descartes, por otro lado, reiteraba que era esencial distinguir entre la mente y el cuerpo. Aunque exista una indudable conexión entre el cuerpo y sus funciones con la mente, siguen siendo entidades distintas. Si damos un paso más allá, el impacto que las corrientes ideológicas tienen sobre la estética, la ética y el desarrollo del deporte, y viceversa, es inconmensurable.
La constitución del deporte con los procesos sociales, la cohesión política y los movimientos económicos ha surgido en nuestras comunidades. Se puede dar como ejemplo un informe publicado no hace muchos años, el cual nos muestra que cerca del 97% de la población norteamericana está involucrada, de alguna forma u otra, con el deporte. Ya sea que lo practiquen, lo vean, lean acerca de él o lo disfruten de otras maneras, la constante es que se identifican con algún jugador o equipo deportivo. Ésto juega un rol de suma importancia en los cambios identitarios y culturales de cada individuo, e impacta su correlación entre sí.
La diversidad de fanáticos y de apoyo deportivo incondicional entre comunidades es tan extensa que usualmente se considera como uno de los factores principales que la unen. Actúa como el pegamento que mantiene unidas a dos personas, o grupos, con ideas encontradas, ideales opuestos, o con opiniones política y socio-económicamente distintas. Independientemente de la condición o trasfondo social del cuál viene una persona, su apoyo y fascinación con un equipo o jugador deportivo los junta, bajo cualquier condición, con otras personas, como si fueran uno mismo. Como segundo ejemplo, se puede notar el libro de John Carlin, llamado Playing the Enemy: Nelson Mandela and the Game That Changed a Nation, el cuál habla sobre el papel del rugby en la conciliación entre grupos sociales distintos en Sudáfrica. Una vez más, se puede notar el impacto del deporte en los procesos socio-políticos de un lugar determinado.
El tercer y último caso el cual expondré hoy, para recalcar la importancia de mi punto aún más, es el de la conexión entre las políticas sociales de la igualdad y su relación con el deporte. En todos los niveles y capacidades, se han transformado las normas sociales positivamente para lograr incorporar a todas las personas que eran, hasta ese momento, no consideradas.
Gracias a la existencia del deporte, se han formado nuevas comunidades vibrantes, llenas de mentes y cuerpos que anhelan sueños, luchan por sus metas y trabajan colaborativamente. Luchemos por incluir la cultura del deporte en nuestra práctica diaria. Cambia nuestra forma de pensar, y sin duda, el deporte es una fuente de emoción e imprevisibilidad para nuestras vidas.
Referencias:
-Safari, P. (2013). Women in Sport Policy. In L. Thibault & J. Harvey (Eds.), Sport Policy in -Canada (pp. 317–349). University of Ottawa Press. http://www.jstor.org/stable/j.ctt5hjk9x.13
Wertz, S. K. (2002). A Program for Research and Instruction in the Philosophy of Sport: A Collingwoodian Recommendation. Journal of Aesthetic Education, 36(3), 97–102. https://doi.org/10.2307/3333600
-Pérez Triviño, J. (n.d.). La filosofía del deporte: temas y debates [PDF].
